Hace unos días "adoptamos" una mascota muy original. Se trataba de una araña tigre que se alimentaba de polillas. Pudimos observar cómo rodeaba a las polillas con su tela y esperaba pacientemente para comérselas.
El problema llegó cuando la polilla que metimos en la urna de observación era muchísimo más grande que la araña. La araña tristemente murió y ahora tenemos un criadero de polillas de diversas especies que comparten espacio con un solitario caracol.
Las polillas adultas viven pocas semanas y además conociendo vuestra afición por los insectos... seguro que pronto nuestra urna tiene nuevos inquilinos.
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